¿Pedirías textos para tu web a unos redactores SEO que no son capaces de crear un simple tuit? Yo no. Pero no solo por esto, sino por algunas cositas más que intentaré explicar más adelante, pero antes entraré un poco en el motivo que me llevó a pensar en este asunto, motivo que de paso me ha impulsado a escribir este post.
Hace dos semanas recibí unas notificaciones, en concreto 2, de unos tuits en los que se me etiquetaba junto a unos cuantos colegas del sector, en el que ofrecían servicios de redacción SEO para nichos.
Como suelo hacer en estos casos, le doy RT, y pese a no conocer la calidad del servicio, confío en que la persona interesada será quien juzgue si es un servicio que vale la pena o no.
Al día siguiente tenía como 10 mensajes de este estilo más. Ahí caí en la cuenta que no sólo los tuits eran casi idénticos, sino que también la frase utilizada para etiquetarnos se repetía en todos:
¿Os puedo mendigar algo de difusión?
Siento la molestia pero el NO ya lo tenía.
Además, mirando las cuentas, vi que casi todas estaban recién creadas y que la mayoría de ellas no tenían ni seguidores ni seguidos, por lo cual pensé que eran bots.
Gracias a la ayuda de colegas en la red social llegué enseguida a saber de dónde venían estos mensajes:
Un vídeo bastante bueno, como todos los que hace José Pascual, en el que enseñaba lo fácil que era conseguir clientes para redactar textos y ganar algún dinerito con un simple método: crear un perfil de Twitter, ofrecer el servicio y etiquetar a algunos SEO con bastantes seguidores para que éstos den RT al mensaje. Este era el mensaje que creo José, y que sin saber yo también había dado RT:
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— Emilio Sanchez (@emiliosanchezjp) June 10, 2020
De esta manera en pocos días, con este experimento, él consiguió unos cuantos clientes, como cuenta en el vídeo, y de hecho muchos más de los que podía abastecer.
El método es bueno, pero funcionó por ser bastante original, y por ser el único. Cuando el vídeo salió muchos lo replicaron sin pensar en añadir algo diferente, y el resultado fue una avalancha de este tipo de cuentas/tuits en nuestras notificaciones e incluso en mensajes directos:
Una vez resuelto el acertijo, y viendo que no eran bots sino personas de carne y hueso, he entendido que en parte como fruto de la situación jodida, acrecentada por la pandemia, así como por el título del vídeo, alguna gente viera aquí una forma fácil y rápida de conseguir ganar un dinerito extra.
Algo que me parece muy loable, por cierto, y que sin duda apoyo: que la gente busque maneras de trabajar por su cuenta, de manera honesta e independiente.
El tema es que con este método, quemado a la velocidad de un rayo, es probable que aparte de José, el primero o el segundo consiguiera algún RT, pero el resto nada, ya que si de algo sabemos los SEO es de spam, y este método, de manera masiva, se acerca al espameo.
Aún hoy, pasadas dos semanas desde la primera avalancha siguen apareciendo, aunque menos que en los primeros días posteriores a la publicación del vídeo, mensajes de este tipo (una media de unos 3 al día actualmente) en mis notificaciones de Twitter.
Pero ninguno, al menos de parte de los SEOs, se va a comer un rosco con esta táctica. Y muchos de ellos directamente serán bloqueados y reportados como spam hacia la plataforma. Algo que yo no haré, pero sí varios colegas por lo que he visto en sus mensajes.
Mi historia como redactor
Llegado a este punto, voy a hablar un poco de mi “historia” como redactor.
Cuando comencé a trabajar como SEO ya llevaba un año y unos pocos meses experimentando con mis proyectos propios y aprendiendo un poco de aquí, un poco de allá, pero como esto no me daba de comer (ya que cuando parecía que lo había conseguido alguna actualización de algoritmo de Google o una modificación de las SERP mandaba todo al garete), pero necesitaba seguir probando cosas y aprendiendo, por lo cual no quería dejarlo y dedicarme a trabajar en otra cosa. La manera (ideal) que había encontrado de seguir profundizando en el SEO mientras trabajaba era trabajando como redactor para otros SEOs.
Aquí tengo que reconocer que tuve algo de suerte, pero ¿qué es la suerte sino la capacidad de ver las oportunidades que se plantan delante nuestro y aprovecharlas? Porque se puede tener suerte, pero si uno no está preparado para recibirla o no es capaz de verla, esa suerte no existe. Digamos que el concepto de suerte, en sí mismo, es un poco subjetivo, tanto para el suertudo como para el desafortunado.
La persona que me impulsó a dar los primeros pasos como SEO, la que me enseñó que es esto y por qué molaba tanto, al poco tiempo de convencerme de que me volcara de lleno a crear mis webs me ofreció trabajar como redactor y traductor en sus proyectos. Esto me garantizaba ganar un dinero mientras me seguía formando como SEO y como redactor, de forma autodidacta, claro, pero invirtiendo mucho tiempo en buscar y probar cosas.
En un momento dado los trabajos de redacción se fueron haciendo cada vez más escasos, simplemente porque habíamos creado un montón de contenido en muy poco tiempo, lo cual fue genial, pero me tocó tener que buscar trabajo. Así que recurrí a Twitter.
Ahora no lo recuerdo, pero no creo haber etiquetado a nadie, o quizás a alguien de mis “amistades”, no lo sé, pero lo que es seguro es que era un mensaje personal y único, en el que ofrecía mis servicios de redacción para nichos.
La respuesta tanto en retuits como en mensajes directos fue bastante buena, y enseguida me salieron algunos trabajos interesantes, y de hecho con algunas personas comencé a redactar de manera periódica.
Cobraba muy poco en relación hora/dinero, pero era lo que había y me sirvió para ver que mi nivel de redacción, más allá de lo que hacía para el colega, era más alto que medio (por lo que me decían los SEO que me contrataron) y esto la verdad que sirvió para subir un poco la moral.
Pero claro, si bien el trabajo de redactor me gusta mucho, si no está bien pagado la cantidad de horas que hay que dedicarle para poder llegar a fin de mes es enorme.
Cabe señalar que algunas habilidades previas me sirvieron mucho para este trabajo:
- Conocimientos de WordPress, ya que llevaba más de 10 años haciendo cosas con este CMS, sin ninguna intención laboral/comercial.
- Experiencia haciendo páginas web en HTML (sin CMS) desde finales de los 90.
- Experiencia como traductor y corrector ortotipográfico, así como trabajador en el mundo editorial.
- Formación en arte y diseño, y experiencia en diseño gráfico y web.
- Conocimiento de varios idiomas, en diferentes niveles.
- Haber descubierto cómo funcionan las palabras clave en buscadores internos unos años antes cuando vendía instrumentos musicales de segunda mano por aplicaciones y páginas web.
- Conocimientos de diferentes temáticas (cocina, deporte, salud, historia, etcétera).
Seguramente todas las personas que quieren trabajar como redactores, además de un interés alto (o eso espero) por la escritura y la lectura, deben tener en su historial conocimientos de otras cosas que pueden ser utilizados y aprovechados para el oficio.
Con el tiempo fui dejando poco a poco los trabajos de redacción y comencé a trabajar en proyectos SEO ajenos, que si bien no era lo que me interesaba cuando comencé en el SEO, con el tiempo me fue pareciendo más interesante que el SEO en nichos.
En mi caso, la redacción fue una especie de trampolín, pero sin duda puede ser un buen oficio a medio o largo plazo. Actualmente sólo mantengo un trabajo de redacción/curación de contenido SEO, bien pagado, y que me gusta y disfruto mucho ya que está a medio camino entre el SEO y la redacción, y la temática es de mi interés.
Añado una cosa importante: más allá de la escritura para nichos, siempre es necesario alguien capaz de comunicar con palabras, y os aseguro (no hay más que leer los medios y lo mal que comunican la mayoría de ellos) que ni es sencillo ni todos lo consiguen. Alguien que pueda hacerlo sin dudarlo tendrá un oficio bastante interesante y fácilmente adaptable a diversas necesidades y compatible con otros posibles aprendizajes (SEO, ciencia de datos, analítica, etcétera).
El uso de palabras clave en la redacción ¿se trata de eso?
Pero volviendo al asunto: ¿encargaría a alguien que está recién empezando unos textos para conseguir posicionar una web o una URL? No, y no sólo porque esté recién empezando.
Alguien que haga redacción, aunque le llame redacción SEO, si no está familiarizado con el sector, con los cambios constantes de Google y sus caprichos, con lo rápido que cambian las SERPs, con la observación de los movimientos de éstas que van cada vez más rápidos, alguien que no sea capaz de detectar enseguida si un nicho es complicado, etcétera, no va a hacer un texto que sirva tanto para el buscador y para el usuario al mismo tiempo, que es a fin de cuentas lo que diferencia a la redacción SEO de cualquier otro tipo de redacción.
¿Y cómo se pasa de ser un redactor a un redactor SEO? Formándose y experimentando.
Aquí quiero hacer un inciso con el tema de la formación. Yo no soy ni muy pro-formación estructurada pero tampoco “anti” este tipo de formación lineal o empaquetada. Simplemente creo que hay cosas buenas y malas en las dos maneras de aprender. Y personalmente, a mí me funciona en todo lo que aprendo la formación desestructurada. O mejor dicho, cuando la estructura de aprendizaje la hago yo y a mi medida, algo imposible en un curso lineal.
Hay infinidad de cursos, membresías y formaciones de pago de todo tipo, así como cantidad de material gratuito a punta pala, en YouTube, en los blogs de colegas SEOs, etcétera.
Quien prefiera una cosa o la otra, hoy en día puede elegir. Incluso hay muchísimo material, muy accesible, para todos los niveles y al alcance de cualquiera, y hasta Twitter es una enorme fuente de tips e información de lo más variada.
Pero entonces, redactar para páginas pensando en el posicionamiento, si no se trata de escribir sobre algo metiendo palabras clave ¿de qué se trata?
Pues, se trata sólo de investigar y no sólo sobre la temática o consulta, sino sobre cómo el buscador reacciona a ésta. ¿Hay snippets? ¿Quiénes están posicionando? ¿Existe la posibilidad de superarlos? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuáles son las consultas más comunes? ¿Podemos aprovechar las preguntas frecuentes o las sugerencias de Google para la consulta? Y un millón de preguntas más que no sólo debemos ser capaces de responder, sino también de plantear.
Un redactor SEO debería ser capaz de escribir textos que puedan posicionarse sin la intervención de un SEO.
“¿Cómo? ¿Un redactor SEO no escribe para los SEOs?” se estará preguntando más de uno. Y puede ser que a veces sí, pero muchas otras veces no. La persona que te está pidiendo textos podría ser perfectamente un dueño de una tienda online, o un webmaster o bloguero que tiene sus páginas y que las utiliza para cierto tipo de conversión (da igual si es monetización o cualquier otra) y sin ser necesariamente SEO necesita textos que sirvan para posicionar y por eso contrata a un redactor SEO, porque se supone que éste es lo que hace: crear textos que sirvan para posicionar.
Por eso, además de saber investigar, escribir correctamente, sin errores de ningún tipo y todas esas cosas bastante obvias del oficio, debería entender como funciona el nicho en concreto (no la web, sino el segmento de mercado).
Además debería ser capaz de utilizar bastante bien, y sacarle todo el jugo necesario, a herramientas como Analytics y Search Console, y (evidentemente) saber hacer una búsqueda de palabras clave con todas las variantes que interesen realmente a la URL a redactar y a la web en general, y que sea capaz de orientar los textos a la finalidad de la web (captar tráfico para publicidad no es lo mismo que para venta de productos o servicios, ni esto tampoco es lo mismo que captar leads).
Comprender cómo se ubican las palabras clave en la intención del usuario, lo que se conoce como intención de búsqueda, algo de lo que cada vez se habla más y que en sí no es nada nuevo, sino que es inherente al SEO.
Asimismo debe saber detectar las canibalizaciones, ser capaz de valorar cuándo hay que unificar páginas o contenido ya existente, cuando hay que eliminar otro, saber cuándo hay que sugerir redirecciones, etcétera. Cosas que aunque no sea técnicamente su tarea, debe conocer.
En fin, que no basta con escribir decentemente y meter con calzador una palabra clave 5 veces a lo largo del contenido cada cierto número de palabras, sino que la redacción SEO es todo un mundo en sí mismo, y además una tarea extremadamente técnica.
Sin todo esto, los servicios de creación de contenido para webs no deja de ser redacción, claramente, pero algo completamente diferente y a la redacción “SEO”.
Recomendaciones para los redactores que empiezan
Para acabar, a todos los que estén empezando en esto de la redacción para sitios web les aconsejo:
Que creen sus propias páginas para probar cómo reacciona el buscador a los textos, a las palabras clave y a cómo las usamos en estos proyectos.
No es caro (hay planes de hosting de varias webs con sencillos paneles para crear un WordPress con 5 clics) y además, si conseguimos posicionarlas bien, podemos monetizarlas con AdSense o afiliación, y conseguir unos pocos euros que si bien no nos servirán como dinero extra, si para que los gastos (hosting, dominios, algún enlace, etc.) se paguen solos.
Que investiguen todas las herramientas que hay a su alcance, sobre todo las gratuitas de Google como Drive (que tiene para los Documentos el que para mi gusto el mejor corrector ortográfico que hay en el mercado, además de tener otras funciones muy interesantes para la redacción SEO, y las Hojas -tipo Excel- también extremadamente útiles), Analytics, Search Console y Data Studio. También las herramientas SEO para otro tipo de funciones, incluidas las extensiones de Chrome.
Que escriban aparte de lo estrictamente laboral, y que lean mucho, sobre todo literatura castellana (de España y Latinoamérica), o buenas traducciones de literatura en otros idiomas al castellano.
Que aprendan y profundicen todo lo que puedan en las reglas de gramática, muchas veces tan diferentes a la lengua hablada que estamos acostumbrados a utilizar a diario.Que se familiaricen todo lo posible con el SEO, y no solo con las palabras clave o con cuatro cosas de las que se habla en los vídeos de YouTube generalistas, sino en lo máximo que esté a su alcance. Twitter es una buena herramienta para eso, así como los blogs de SEO y las newsletters. Al menos en mi caso, han sido y son mi principal fuente de aprendizaje.